Según un antiguo cuento chino, una persona fue a conocer el infierno y encontró allí a un amplio grupo de hombres y mujeres paralizados por la desesperación y sentados en torno a una gran mesa repleta de deliciosos manjares: para servirse la comida sólo disponían de unos palillos de metro y medio de longitud. En una segunda visita, esta persona se acercó al cielo y allí encontró gran número de hombres y mujeres dichosos que disfrutaban de una comida en torno a una extensa mesa. Entre risas, se pasaban la comida unos a otros por medio de unos palillos de metro y medio de longitud.
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