No sé por qué, siempre que me preguntaban por mi ámbito profesional yo contestaba «estudié magisterio», reservando el «soy maestra» para cuando mis pies estuvieran en el aula. El caso es que pasaron algunos años hasta que lo logré. Durante todo ese tiempo continué formándome, y mi vida profesional siempre ha estado en contacto con la infancia. De repente, y por poco probable que pudiera parecer, tuve la suerte de obtener mi plaza como maestra sin haber trabajado previamente en una escuela. Y ahí me vi, sin haberlo interiorizado y al frente de una tremenda responsabilidad. ¿Ahora qué?