Bernat tiene veintidós meses y hace cuatro que ha empezado a ir a la escuela infantil de primer ciclo. Aunque ya hace tiempo que se queda tranquilo en la escuela, hoy pone cara de pena.
“No ha dormido nada bien, ha tenido un poco de tos”, me explica su madre.
Cuando lo saludo, él me sonríe un breve momento mientras se agarra con fuerza a las piernas de mamá. Ella tiene prisa; ha venido con el tiempo muy justo e intenta distraerlo mostrándole un juguete que el niño ni siquiera quiere mirar. Finalmente le dice: “Mira, voy un momento a comprarte un Donut… ¿Verdad que te gustan mucho?……