No resulta extraño oír, en la actualidad, cómo algún profesor se lamenta de no poder dar clase debido a cierto clima de oposición que se crea en el aula. Creo que se trata de una situación relativamente nueva y, por tanto, difícil de describir. El enseñante se encuentra de frente a unos alumnos que no quieren que se les dé clase y cuyo comportamiento, además, es claramente de resistencia activa: no dejan de hablar entre ellos haciendo casi inalcanzable el silencio absolutamente necesario en algunas ocasiones, se muestran remisos a la hora de seguir las simples instrucciones que pe…
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