Los gestos eran los más sencillos y solían expresar un estado de ánimo, bien fácil de comprender: miedo, tristeza, alegría… Con todo, este primer intento no funcionó; los niños quedaban muy sorprendidos, pero realmente no se explicaban qué estaba pasando, creían que lo que se representaba era “de verdad”.
Los gestos se aprenden de tanto verlos, imitarlos, interpretarlos… Algunos son directamente “transmitidos”, “explicados”, “contados”. Son los referidos a las “buenas maneras”: está feo hacer burla con la lengua, hurgarse la nariz, colocarse muy cerca de otro, etc.
Otros son “in…