Si la analizamos, esta concepción implica afrontar aisladamente los problemas de la práctica docente a partir de criterios estrictamente personales, llevando a cabo una serie de actuaciones aisladas que no siempre guardan coherencia y continuidad entre sí. Ello no quiere decir, por otra parte, que en determinadas ocasiones no se tomen decisiones conjuntas entre el profesorado de un mismo centro: horarios, utilización de espacios, elección de libros de texto…; de hecho, todos solemos hacerlo con nuestros compañeros y compañeras.
Pero, si entendemos que la tarea principal del equipo e…