¿Cómo hacerlo?
No es demasiado habitual ver a un niño de veinte meses con gafas, pero eso no quiere decir que no haya ninguno. Uno de ellos es Álex.
A su padre y a su madre ya les desconcertó que su hijo tuviera que llevar gafas.
Una vez asumido el hecho de la necesidad llegó el dilema: ¿qué hacer para que un niño de esa edad, rebosante de energía y de ganas de jugar, lleve las gafas todo el día?
El oftalmólogo había diagnosticado la necesidad, pero no aportaba ideas sobre cómo “convencer al niño” de asumir la incomodidad de las gafas…
Su madre me contaba que en casa no las llev…