El castellano, como el resto de lenguas europeas, se escribe utilizando un alfabeto, es decir, una veintena de letras que dan lugar a los grafemas que representan con mayor o menor fidelidad los fonemas de la lengua. La relación de correspondencia entre grafemas y fonemas (lectura) y entre fonemas y grafemas (escritura) es relativamente simple en algunos casos, por ejemplo en castellano, y más compleja en otros, por ejemplo en inglés y en francés. Se suele hablar de mayor o menor “regularidad” en la relación grafema-fonema, pero es preferible utilizar el concepto de consistencia, que t…
Contingut només disponible per a subscriptors
Accedeix a aquest article individual per només
3€ IVA incluido
Descobreix tot el nostre contingut sense límits
Ja tens compte? Inicia sessió