El segundo trimestre, sin los agobios ni el cansancio de final de curso, es un buen momento para detenerse a pensar en lo que hacemos los docentes, en nuestra tarea educativa. Vale la pena encontrar momentos para otear lo que nos rodea y analizar pausadamente los procesos de aprendizaje que estamos ayudando a desarrollar. No es fácil romper con el ritmo acelerado en el que vivimos para resituar las cosas, pero el segundo trimestre puede ser una buena ocasión para permitirnos el lujo de aparcar algo las urgencias y reflexionar con nuestros compañeros y compañeras sobre nuestra práctica….
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