Hace aproximadamente cinco mil años, en tierras de Mesopotamia, las necesidades derivadas de la administración de ciudades complejas, que basaban su economía y subsistencia en el almacenamiento y distribución de víveres, pusieron de manifiesto los límites de la memoria humana para llevar la cuenta de lo que entraba y salía de los almacenes, para dejar constancia de la propiedad de los bienes y de las transacciones (compra y venta) de que eran objeto. En este contexto, aparece la escritura, como un medio para liberar a la memoria de cargas excesivas, así como para dejar constancia pe…