Educación secundaria
A partir de los doce años, con todas sus transformaciones físicas y anímicas, el niño abandona paulatinamente la infancia y entra en una etapa muy diferente a la anterior: la pubertad. Su relación consigo mismo y con el entorno cambia; sus miembros se hacen cada vez más pesados, sus movimientos pierden la ligereza de la infancia y, muchas veces, ni se reconoce en esos cambios. Por otro lado, y a pesar de esa vorágine emocional propia de la edad, donde lo que hoy es blanco mañana es negro, y viceversa, empiezan a surgir nuevas inquietudes que como educadores debe…