Durante muchos años, la mayoría de las escuelas ha elaborado proyectos educativos. El proceso, en general, ha sido una experiencia interesante y muy satisfactoria. Los centros educativos han sido capaces de poner en común diferentes visiones y llegar a un acuerdo. El problema siempre ha sido cómo hacer realidad el proyecto. En la práctica, observamos con demasiada frecuencia que el proyecto educativo forma parte del paisaje de las estanterías de las direcciones de los centros educativos y su virtud más relevante es que ha sido útil para poder demostrar que se ha cumplido con un requ…
Contingut només disponible per a subscriptors
Accedeix a aquest article individual per només
3€ IVA incluido
Descobreix tot el nostre contingut sense límits
Ja tens compte? Inicia sessió