Cuando se solicita al alumnado una definición de ser vivo, es frecuente obtener una respuesta del tipo: “los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren”. Un somero análisis permite identificar la limitada identificación de funciones citadas. Así, la reproducción es la única que se explicita, dejando implícitas en “crece” y “muere” otras importantes como la nutrición. Si consideramos al ser vivo como sistema, es decir, un ente constituido por un conjunto de elementos interrelacionados entre sí, donde se producen cambios regulados, necesarios para mantener su identidad (Cañal…
Contingut només disponible per a subscriptors
Accedeix a aquest article individual per només
3€ IVA incluido
Descobreix tot el nostre contingut sense límits
Ja tens compte? Inicia sessió