Es mayoritariamente reconocida la complejidad que entraña evaluar la adquisición de una competencia (Arnau, 2009; Ramos, 2010). Los cambios de fondo que exige una enseñanza de competencias afectan a los procesos de enseñanza y aprendizaje, a la organización de los centros educativos, a la formación del profesorado y, lógicamente, también al enfoque y a las formas de evaluación. Hablamos de una reorientación del concepto y del proceso de evaluación tradicionalmente utilizado, ya que su objetivo principal no puede limitarse a determinar lo que un alumno sabe sobre una determinada m…
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