Puede parecer paradójico, pero la relación que mantenemos con la realidad no es directa ni inmediata más que en muy raras ocasiones. Nuestra interacción con el entorno está mediada por símbolos, por representaciones mentales. Lo que entendemos por “realidad” no son cosas en sí, sino significados, producto del uso lingüístico representado en actos del habla. Los contenidos de la experiencia toman forma y se materializan mediados por lenguajes. Si disponemos de diferentes lenguajes es porque “no hay bastantes palabras para decir la realidad”; es para hacernos más abarcable la comple…
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