Si miramos a corto plazo, todo parece indicar que la educación social llegó ayer a nuestras universidades: justo cuando, finalizando la década de los ochenta del pasado siglo, necesidades sociales y educativas de diverso tipo motivaron la creación de un título oficial cuyas enseñanzas deberían contribuir a ampliar y diversificar los ámbitos en los que se proyectaba la formación y profesionalización educativa, hasta entonces prácticamente limitada al quehacer docente y psicopedagógico de quienes se formaban como maestros, profesores, pedagogos y psicólogos.Mirando más lejos, la…
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