Las primeras letras de una canción (“sentaos en la alfombra que vamos a contar…”) nos indican que ha llegado el momento del encuentro.
La alfombra obligatoriamente ha de ser un momento vivo, variado en contenidos y propuestas, flexible en su duración, en el que se combinen las rutinas y la sorpresa, la participación del educador o educadora como maestro de ceremonias, pero en el que ya en este ciclo el protagonismo de los niños es incuestionable… Es, a su vez, un momento que necesita ser planificado con una estructura de inicio, desarrollo y fin, con unas normas aceptadas y claras pa…