Si me preguntaran, después de haber dado la vuelta al mundo con un clarinete bajo el brazo y, por consiguiente, de haber visitado muchísimos conservatorios y salas de conciertos, ¿cuál es la prioridad número uno en la formación continuada de profesores de nuestro país?, contestaría: colocar la música, de nuevo, en el lugar que le corresponde, justo al lado de las otras artes que se desarrollan en el tiempo. Para ello, hay que resituar una y otra vez el sentido de la anticipación, que presupone, ya de por sí, un montón de aspectos básicos que los músicos de tradición clásica …