En el último tercio del siglo XX, las ciencias de la Tierra han mostrado, quizá como ninguna otra ciencia, gran dinamismo y vitalidad. Desde que en 1962 Kuhn publicase La estructura de las revoluciones científicas, la única disciplina que, para muchos epistemólogos, ha experimentado una auténtica revolución ha sido la geología. En efecto, la tectónica de placas obligó a realizar una reestructuración general del conocimiento geológico, que implicó la superación de muchos conceptos y la introducción de otros, pero, sobre todo, supuso una nueva forma de “ver” el planeta y de ent…