Buena parte de los cambios que la LOCE (BOE n, 307, de 24 de diciembre de 2002) introduce en la ordenación y organización de nuestro sistema educativo intentan justificarse en la “convicción de que la valoración del esfuerzo y de la exigencia son condiciones básicas del aprendizaje”, y por extensión, “de la mejora de la calidad del sistema educativo”.
La importancia atribuida al esfuerzo personal de alumnos y alumnas es, en realidad, el elemento nuclear de un entramado conceptual más amplio del que forman parte también otros principios básicos o “constitutivos” de “una auténtica c…