Uno de los rasgos más definitorios del mundo occidental actual, si no el que más, es el cambio: la sociedad actual puede caracterizarse como una sociedad en cambio permanente, global y acelerado. Hasta aquí, una constatación que últimamente se ha repetido hasta la saciedad. Pero a menudo parece como si se tratara de un discurso teórico (junto con el no menos trillado de la nueva sociedad del conocimiento y de la información que está sustituyendo a la sociedad industrial), aunque, ciertamente, es un discurso que responde a una realidad evidente y que en algunos sectores (como el empr…