Recientemente se ha hecho pública la intención del Ministerio de Educación de presentar una ley de calidad que incluiría como aspecto fundamental la separación de los estudiantes, a partir de los 14 años, en tres vías de formación hacia las que se orientaría, respectivamente, a los alumnos “buenos” y motivados, a los “regulares”, y a los “malos” o sin interés por el estudio. Esta medida se justifica basándose en que así se evitaría que los buenos estudiantes se vean perjudicados por los menos aptos y se produzca un lamentable descenso de nivel.
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