Dar la palabra a los niños y niñas, y concederles poder de decisión en las cuestiones que les afectan vitalmente es, quizá, la mejor forma de favorecer su integración en la dinámica escolar y contribuir a su crecimiento como personas responsables, participativas y críticas. Esa es la doble finalidad que persigue el enfoque de la tutoría que vengo practicando desde hace años, si bien hay que decir, modestamente, unos cursos con mejor fortuna que otros. Doble finalidad presidida por un permanente cuestionamiento de la educación, del para qué de la escuela, del cómo conectar con lo…