El florido pensil es la “narración de lo que fue la (des)educación de varias generaciones de españoles de la posguerra en clave nacionalcatólica”. Partiendo de los libros de texto de la época, Andrés Sopeña evoca, con una gracia y un humor irresistibles, la escuela cotidiana, la radio local, los “tebeos” de Roberto Alcázar, el cine de los jueves con Franco inaugurando pantanos y el Yon Giein matando indios… Todo aquello, en suma, que nos hizo “diferentes” y de lo que deberíamos aprender a librarnos, si aspiramos a ser “normales”. Para lo cual bueno es comenzar riéndonos de ello….