No se puede vivir en el discurso del fracaso. Sus garras te limitan y te someten; el discurso del fracaso conduce al fracaso porque no deja aire que respirar a su alrededor.Sin embargo, no es fácil acabar con él. Los medios de comunicación muestran el fracaso escolar como una variante de la sección de Sucesos; los políticos se sienten atrapados por la fuerza de los titulares; la universidad no asume el reto de implicarse en el cambio, más preocupada por los índices de impacto de sus publicaciones que por el valor de sus propuestas para la escuela.La salida está en la propia escuela …
Contingut només disponible per a subscriptors
Accedeix a aquest article individual per només
0€ IVA incluido
Descobreix tot el nostre contingut sense límits
Ja tens compte? Inicia sessió