A pesar de que vivimos en un mundo sometido a cambios constantes, las personas tendemos, paradójicamente, hacia la homeostasis; esto es, somos reacios a aceptar las novedades que se nos presentan. Los centros educativos y quienes enseñamos no somos ajenos a esta tendencia generalizada y mostramos, con frecuencia, una postura conservadora ante los cambios y las nuevas posibilidades que la sociedad nos proporciona. La práctica docente en las clases de lengua nos ofrece un buen ejemplo de estas actitudes. Como es sabido, la lengua es el instrumento que utilizamos para comunicarnos, y en la …
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