En la periferia de las grandes ciudades, la escuela suele carcterizarse por las dificultades que el aprendizaje representa: los maestros presuponen en los alumnos determinados esquemas y cierta madurez básica que los niños de la periferia no han podido adquirir ni en la familia ni a partir de su ambiente. Es más, a medida que el ambiente social se empobrece o se degrada, se acentúa la dificultad para un aprendizaje formal y, lo que es más grave, para la estructura de la personalidad.
En el mundo occidental, aprendizaje es, prácticamente, sinónimo de educación de la inteligencia racio…