Consumismo
Para Bruckner (1996) el consumo es una religión degradada, cuya iglesia es el supermercado y la publicidad son los evangelios. Para alcanzar sus fines, los “párrocos” no dudan en manipular a su conveniencia historia, religiones o ideologías. Como afirma Chomsky (1996), anteriormente las guerras se hacían para conquistar territorios; por el contrario, las guerras modernas se hacen para conseguir mercados. En consecuencia, el valor pedagógico-moral del consumo es muy débil al pretender formarnos solamente para sí mismo (Bruckner, 1996). Resultan esclarecedores los comentario…