El aprendizaje de la ciencia, como proceso continuo, necesita reforzar los contenidos adquiridos en la enseñanza formal con trabajos adicionales, ya que muchas veces este aprendizaje se reduce a una mera colección de hechos, discusiones dirigidas y actividades ocasionales (Kelly, 2000). Por otra parte, es bien conocido que el aprendizaje científico-tecnológico ocurre también fuera del ámbito docente a través de las experiencias cotidianas, y que estas experiencias influyen de forma muy importante en nuestro conocimiento y actitud ante la ciencia (Rennie, 2003; Dieking y otros, 2003)….
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