Hasta hace un par de décadas, el mundo de la Educación Especial discurría, homogéneo e invariable, en torno a una serie de tópicos que determinaban la respuesta educativa que se ofrecía a los usuarios de esta modalidad educativa. El primero de ellos tenía como referente la creencia de que el alumno deficiente lo era, sobre todo, por causas constitucionales, endógenas y difícilmente modificables por las experiencias educativas que tuvieran lugar en el transcurso del desarrollo evolutivo. Tales premisas favorecen la masiva aparición de pruebas psicométricas y, consecuentemente, sur…