El movimiento es inherente a todo ser humano, es parte del lenguaje de comunicación y expresión. La escuela, desde sus orígenes, ha negado la presencia de ese cuerpo expresivo, y aunque la educación física se ocupó del movimiento puso más énfasis en el logro de habilidades y destrezas, buscando disciplinar el cuerpo, y relegando la posibilidad de placer y goce del propio movimiento.
La escuela dejaba fuera lo que era parte de su patrimonio cultural, el cual se desarrollaba a través de las danzas populares o con la formación específica de un estilo de danza preestablecido (clásico…