Era un día cualquiera, lo único que lo diferenciaba de los otros era que estabamos de excursión.
Estaba cansada, iba con la mochila cargada ya que no la había podido dejar en el instituto y llevábamos un buen rato caminando, además… era un poco aburrido.
De repente, no sé cómo, apareció delante de mí un vagabundo. Me parece, por lo que recuerdo, que estabamos en las piscinas Bernat Picornell. Se me iluminó la cara, se acercaba algo divertido, o bien, era lo que a mí me parecía. Todo el mundo pensó lo mismo que yo y mirándonos unos y otros, a la de tres nos lanzamos como energ…